Hace unos 25 años, el gerente de una tienda (además del director de la empresa) decidió que ya no soportaría más las tiendas que no fuesen rentables y diseñó las primeras tiendas de barrio con la enseña Siwa. En la actualidad, existen 545 tiendas Siwa por todo el país. La cadena Siwa siempre ha sido rentable desde su creación. Actualmente, la marca Siwa es la segunda marca de distribución alimentaria mejor conocida, inaugurando alrededor de 20 establecimientos nuevos cada año. Estamos firmemente convencidos de que los consumidores seguirán prefiriendo las tiendas de barrio, siempre que éstas se mantengan actualizadas (al día con el negocio), y puedan comunicarse con el cliente, exponiéndole las razones por las que deben escogerlas.
Las grandes aportaciones/ideas de este concepto siguen siendo todavía válidas hoy en día: “permitir que los precios se establezcan competitivamente, ser capaces de funcionar con eficiencia en costes y asegurarse de que la gama de productos incluye aquellos más comercializables y que se venden frescos y con un servicio atento”. Cuando comenzaron, su mayor problema era afrontar globalmente estos objetivos, situación que en la actualidad se mantiene todavía igual. En un negocio, es más difícil alcanzar la simplicidad que la complejidad. Lo simple funciona. Para poder avanzar en esta dirección hay que abandonar determinadas actuaciones, y esa renuncia es lo que más cuesta.
En la actualidad, los consumidores se ven afectados por las grandes tendencias imperantes como, por ejemplo, la falta de tiempo, la preocupación por la salud, el individualismo, vivir sin complicaciones, etcétera. Hay que mantener un rumbo fijo para poder desarrollar un concepto en la dirección adecuada. Tienes que escoger una de las grandes tendencias en la que creas y determinar lo que realmente significa, para después acometer los cambios necesarios en tu concepto. No destacarás si tratas de abarcar la totalidad de las distintas tendencias. Formarás parte de la mediocridad intermedia frente a la que advierten los consultores de negocio, sin encontrarse tu marca entre las preferidas por los consumidores.
Los consumidores son a la vez globales y locales. Están interesados en productos saludables con bajo contenido calórico, pero simultáneamente ansían placeres/disfrutes para los que las calorías no cuentan. Les gusta el jamón serrano y el pan de su panadería de barrio. Les interesa de dónde proceden sus filetes de perca y saborean al atún fresco con deleite (les gusta el atún fresco). Leen con detenimiento el contenido en grasas de un yogurt y son plenamente conscientes cuando compran queso manchego graso. Las tiendas son tan diversas como los consumidores y su comportamiento.
¿En qué se traduce todo eso para una tienda de barrio? En el mismo principio básico en el que siempre se ha fundado el éxito de las tiendas de barrio. Conoce tus clientes y sus necesidades, véndeles lo que quieren comprar, de forma que crean que han salido ganando y hazlo además con eficiencia de costes. Ningún consumidor ha manifestado que no le guste comprar en tiendas de barrio. Se trata de la opción más lógica para los consumidores, siempre y cuando satisfaga sus necesidades. Gracias al conocimiento que tenemos sobre los consumidores y sus necesidades, y con los sistemas de información y soluciones logísticas disponibles, somos capaces de adaptar a medida la totalidad del negocio y su gama de productos.
Hulle de la mediocridad y esfuérzate por llegar a ser diferente, de forma que puedas dejar un recuerdo de tu marca en la mente del consumidor. Cuestiona y simplifica tus métodos para aumentar la efectividad del negocio. No te apuntes a todas las modas; los demás también existen y no hay sitio para todo el mundo.
Las grandes aportaciones/ideas de este concepto siguen siendo todavía válidas hoy en día: “permitir que los precios se establezcan competitivamente, ser capaces de funcionar con eficiencia en costes y asegurarse de que la gama de productos incluye aquellos más comercializables y que se venden frescos y con un servicio atento”. Cuando comenzaron, su mayor problema era afrontar globalmente estos objetivos, situación que en la actualidad se mantiene todavía igual. En un negocio, es más difícil alcanzar la simplicidad que la complejidad. Lo simple funciona. Para poder avanzar en esta dirección hay que abandonar determinadas actuaciones, y esa renuncia es lo que más cuesta.
En la actualidad, los consumidores se ven afectados por las grandes tendencias imperantes como, por ejemplo, la falta de tiempo, la preocupación por la salud, el individualismo, vivir sin complicaciones, etcétera. Hay que mantener un rumbo fijo para poder desarrollar un concepto en la dirección adecuada. Tienes que escoger una de las grandes tendencias en la que creas y determinar lo que realmente significa, para después acometer los cambios necesarios en tu concepto. No destacarás si tratas de abarcar la totalidad de las distintas tendencias. Formarás parte de la mediocridad intermedia frente a la que advierten los consultores de negocio, sin encontrarse tu marca entre las preferidas por los consumidores.
Los consumidores son a la vez globales y locales. Están interesados en productos saludables con bajo contenido calórico, pero simultáneamente ansían placeres/disfrutes para los que las calorías no cuentan. Les gusta el jamón serrano y el pan de su panadería de barrio. Les interesa de dónde proceden sus filetes de perca y saborean al atún fresco con deleite (les gusta el atún fresco). Leen con detenimiento el contenido en grasas de un yogurt y son plenamente conscientes cuando compran queso manchego graso. Las tiendas son tan diversas como los consumidores y su comportamiento.
¿En qué se traduce todo eso para una tienda de barrio? En el mismo principio básico en el que siempre se ha fundado el éxito de las tiendas de barrio. Conoce tus clientes y sus necesidades, véndeles lo que quieren comprar, de forma que crean que han salido ganando y hazlo además con eficiencia de costes. Ningún consumidor ha manifestado que no le guste comprar en tiendas de barrio. Se trata de la opción más lógica para los consumidores, siempre y cuando satisfaga sus necesidades. Gracias al conocimiento que tenemos sobre los consumidores y sus necesidades, y con los sistemas de información y soluciones logísticas disponibles, somos capaces de adaptar a medida la totalidad del negocio y su gama de productos.
Hulle de la mediocridad y esfuérzate por llegar a ser diferente, de forma que puedas dejar un recuerdo de tu marca en la mente del consumidor. Cuestiona y simplifica tus métodos para aumentar la efectividad del negocio. No te apuntes a todas las modas; los demás también existen y no hay sitio para todo el mundo.
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