Por Cristina Carvajal, arquitecta de Jos de Vries The Retail Company
En la actualidad, los clientes no se limitan a ir a las tiendas, sino que van de compras. Lo que antes era una necesidad práctica se ha convertido en una actividad social. Esta nueva tendencia ha deparado diversos cambios entre los distribuidores tradicionales. El cliente tradicional ha cedido su puesto a una nueva figura, interesada en tiendas sorprendentes, novedades, espectáculo… en definitiva, innovación.
…¿y dónde queda el aspecto sensorial?
El debate sobre las sensaciones es novedoso, ya que hasta hace poco el acto de comprar era mecánico y, probablemente, aburrido. Cuando hablamos de compras hacemos referencia a la arquitectura, el diseño interior y la comunicación visual. Todo se dirige a crear un impacto, estimular los sentidos y permanecer en la memoria sensorial de los consumidores o en sus retinas, aunque sólo sea por un momento. No basta con que encuentren un producto, hay que ofrecerles algo más, que les incite a repetir su visita a nuestro establecimiento muchas veces más.
…¿y con qué herramientas se juega?
En la época de nuestros abuelos, para las tiendas lo importante era mostrar un elevado número de productos, no la calidad de su presentación. Ése ya no es el caso. El posicionamiento y tratamiento que otorgamos a los productos es diametralmente distinto. Se considera que cada producto tiene su lugar propio y un sitio específico en el establecimiento. Puedes comunicar al cliente tus valores añadidos empleando la distribución como una herramienta. Hemos creado una nueva experiencia de compra con una buena distribución y los accesorios adecuados para la presentación – que deben ser audaces, modernos y sorprendentes.
Otra de las herramientas básicas de nuestro arsenal es la iluminación. Teniendo en cuenta nuestro interés por la innovación en este campo, tenemos que mencionar los LEDs (diodos emisores de luz), que están tomando al asalto el mercado por dos motivos fundamentales: su coste reducido (potencia y consumo reducidos, además de larga duración) y su versatilidad en cuanto a aplicaciones y control. En el sector de distribución minorista se están empezando a emplear como elementos decorativos, al poder controlarse con un simple programa informático y ofrecer opciones ilimitadas. La última novedad es el LED blanco, que significa que podremos utilizarlos también para la iluminación general.
…¿y qué me dice de las tiendas Pop-Up?
Las denominadas tiendas Pop-Up representan la culminación de todas esas innovaciones del sector de distribución minorista, además de un ejemplo de su aplicación. Su nombre viene de la jerga de Internet y hace referencia a la rápida aparición e igualmente veloz desaparición de estos negocios. En general, son propiedad de marcas pequeñas o menos conocidas, que sobre todo desean generar un sentimiento de expectativa entre sus propios clientes. Su plazo de duración es muy breve (con un máximo de 15/20 días) y provocan un gran revuelo. Se trata casi de exhibiciones itinerantes, hechas con materiales listos para montar, desechables o reutilizables. Su conceptuación y construcción son muy innovadores, al ser en buena medida irrepetibles.
El sector de distribución minorista está evolucionando y busca permanentemente nuevos caminos y sensaciones, además de, sobre todo, nuevos creadores con ideas revolucionarias. Ahí reside la auténtica innovación.
En la actualidad, los clientes no se limitan a ir a las tiendas, sino que van de compras. Lo que antes era una necesidad práctica se ha convertido en una actividad social. Esta nueva tendencia ha deparado diversos cambios entre los distribuidores tradicionales. El cliente tradicional ha cedido su puesto a una nueva figura, interesada en tiendas sorprendentes, novedades, espectáculo… en definitiva, innovación.
…¿y dónde queda el aspecto sensorial?
El debate sobre las sensaciones es novedoso, ya que hasta hace poco el acto de comprar era mecánico y, probablemente, aburrido. Cuando hablamos de compras hacemos referencia a la arquitectura, el diseño interior y la comunicación visual. Todo se dirige a crear un impacto, estimular los sentidos y permanecer en la memoria sensorial de los consumidores o en sus retinas, aunque sólo sea por un momento. No basta con que encuentren un producto, hay que ofrecerles algo más, que les incite a repetir su visita a nuestro establecimiento muchas veces más.
…¿y con qué herramientas se juega?
En la época de nuestros abuelos, para las tiendas lo importante era mostrar un elevado número de productos, no la calidad de su presentación. Ése ya no es el caso. El posicionamiento y tratamiento que otorgamos a los productos es diametralmente distinto. Se considera que cada producto tiene su lugar propio y un sitio específico en el establecimiento. Puedes comunicar al cliente tus valores añadidos empleando la distribución como una herramienta. Hemos creado una nueva experiencia de compra con una buena distribución y los accesorios adecuados para la presentación – que deben ser audaces, modernos y sorprendentes.
Otra de las herramientas básicas de nuestro arsenal es la iluminación. Teniendo en cuenta nuestro interés por la innovación en este campo, tenemos que mencionar los LEDs (diodos emisores de luz), que están tomando al asalto el mercado por dos motivos fundamentales: su coste reducido (potencia y consumo reducidos, además de larga duración) y su versatilidad en cuanto a aplicaciones y control. En el sector de distribución minorista se están empezando a emplear como elementos decorativos, al poder controlarse con un simple programa informático y ofrecer opciones ilimitadas. La última novedad es el LED blanco, que significa que podremos utilizarlos también para la iluminación general.
…¿y qué me dice de las tiendas Pop-Up?
Las denominadas tiendas Pop-Up representan la culminación de todas esas innovaciones del sector de distribución minorista, además de un ejemplo de su aplicación. Su nombre viene de la jerga de Internet y hace referencia a la rápida aparición e igualmente veloz desaparición de estos negocios. En general, son propiedad de marcas pequeñas o menos conocidas, que sobre todo desean generar un sentimiento de expectativa entre sus propios clientes. Su plazo de duración es muy breve (con un máximo de 15/20 días) y provocan un gran revuelo. Se trata casi de exhibiciones itinerantes, hechas con materiales listos para montar, desechables o reutilizables. Su conceptuación y construcción son muy innovadores, al ser en buena medida irrepetibles.
El sector de distribución minorista está evolucionando y busca permanentemente nuevos caminos y sensaciones, además de, sobre todo, nuevos creadores con ideas revolucionarias. Ahí reside la auténtica innovación.
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